Claudia Hasanbegovic empezó a redactar contratos a los doce años: de su grupo de amigas era quien establecía normas y reglas claras para evitar peleas. Pero fue a casi al terminar el secundario que decidió ser abogada. Al recorrer y conocer las desigualdades sociales en distintos barrios y villas, pensó que mediante la elaboración de políticas públicas y la sanción de leyes podría a mejorar las estructuras socio-económicas para que esas familias salieran de la pobreza. Nada menos.

En cuatro años y medio completó la carrera de Derecho en la Universidad de Lomas de Zamora. Luego, realizó estudios de posgrado en tres países europeos: obtuvo una diplomatura en Género, por Universidad Internacional de la Mujer, de Hannover/Bremen (Alemania), una Maestría en Mujer y Desarrollo, por el Instituto de Estudios Sociales, La Haya (Holanda), y un Doctorado en Políticas Sociales por la University of Kent at Canterbury, Gran Bretaña.

Durante sus nueve años en el exterior, cuenta, resignó formar una familia, disfrutar de su casa y vivir en una mejor posición económica. También ganó mucho: una formación académica muy sólida y una mayor capacidad reflexiva adquirida por vivir en constante diálogo con gente de todo el mundo. Volvió a la Argentina para comenzar de nuevo.

Como consultora ha desarrollado programas de capacitación en ONGs y organismos gubernamentales, y ha realizado trabajos de investigación, elaboración y asesoramiento en proyectos de ley a comisiones legislativas. En docencia, ejerce la titularidad de los seminarios Familia, Justicia y Derechos Humanos de la Especialización en estudios de familia y la Maestría en estudios de la familia de la Universidad Nacional de San Martín. Entre el 2008 y el 2011 se desempeñó como Prosecretaria Letrada en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de la Justicia de la Nación. 

Si tuviera que recomendar lecturas, elegiría dos libros infaltables para quien estudie Derecho: Crimen y Castigo, de Fedor Dovstoieski y El Proceso, de Franz Kafka.