Cuando Gisela Catanzaro entró en contacto con preguntas tipo ‘¿cuál es tu hobby?’ supo que quería estudiar la estructuración de la sociedad que las hacía posible. Por eso hoy es socióloga y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires; investigadora del (CONICET) y profesora en las carreras de Ciencia Política y Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

Lo peor de ser docente, dice, es cuando el primer día de clase los estudiantes se interesan más por el modo de evaluación y por si van a tomar lista que por lo que se discutirá en el cuatrimestre. Lo mejor es que a ella eso no le pasó nunca.

Publicó los libros La nación entre naturaleza e historia. Sobre los modos de la crítica (FCE 2011) y  Las aventuras del marxismo. Dialéctica e inmanencia en la crítica de la modernidad (Gorla 2003), escrito en coautoría con Ezequiel Ipar. También compiló, junto con Leonor Arfuch Pretérito imperfecto. Lecturas críticas del acontecer (Prometeo 2008).

Dirige un grupo de investigación en el Instituto Gino Germani (UBA).

Como mascota tiene un sapo que se llama Pepe que, cuenta, salta y salta por todo el jardín.