Vale Dranovsky fue ingeniera industrial hasta el 2011. Y también muy infeliz. Ejerció tres años, se agotó y archivó el título que había obtenido en la Universidad Tecnológica Nacional. Cuando descubrió que su deseo era ser fotógrafa, todo se solucionó. Después, la fotografía la salvó.

Estudió en la Escuela de Fotografía Creativa Andy Goldstein, pero asegura que aprendió con su maestro Bosch y su maestra Bellusci. También adora los platos que le cocina el primero, especialmente si proceden de una olla. Actualmente trabaja como fotógrafa freelance, retrata los grandes movimientos que se expresan en las calles porteñas y también es docente de chicas, chicos y grandes.