Por Juan Zingoni

Música y NFTs

¿CERCA DE LA REVOLUCIÓN?

Activá el sonido

¿Cómo recuperar el valor que tenían las canciones antes del siglo XX? ¿Es posible la irrupción de la tecnología de las criptomonedas en la música?

Quienes nacimos en los noventa nos criamos entre discos, casettes y vinilos. Desde entonces, la música tomó varias formas: mp3, descargas ilegales, Napster, Ares, DVDs, Youtube, Spotify, etc.

Hasta hace poco tiempo no existía un mundo en el que la música no pudiera ser copiada o reproducida. Hoy hablamos de una posible revolución en esta industria con los NFTs.

¿Qué son?

Los Non Fungible Tokens (NFTs) son activos encriptados, únicos e indivisibles que pueden representar desde una moneda hasta obras de arte y memes.

Utilizan la tecnología Blockchain para poder designar a un comprador como titular de una pieza única, confirmar que una obra digital es original y, por lo tanto, generar escasez y darle mayor valor a las piezas.

¿Cómo funcionan?

Hoy cualquier persona podría fotografiar o imprimir una copia del Guernica de Picasso, pero jamás conseguiría que esas copias tengan el mismo valor que el original. Esto es lo que los NFTs le permiten a la música.

El mismo ejemplo hoy puede aplicarse con el sonido: cualquier persona puede tener una copia de una canción escuchándola en Spotify, pero no cualquiera puede comprar los derechos del archivo original.

A partir de la industrialización del sistema de grabación, las canciones perdieron el concepto de pieza única, pero hoy el futuro comienza a sonar un poco como el pasado.

En marzo de 2021, la banda Kings of Leon lanzó, junto a su último álbum, “When you see yourself”, una subasta de 6.500 NFTs donde cada uno incluía un acceso a una portada digital en movimiento.

Un mes después, la banda The White Stripes subastó 512 NFTs de un remix de su canción más conocida, “Seven Nation Army”

El rapero Timbaland lanzó su primer single junto a 3 mil NFTs que le otorgan a cada poseedor una parte de la propiedad intelectual de la canción y hasta el derecho de recibir los ingresos que la canción genere.

El famoso DJ Steve Aoki afirmó ganar más dinero en un año con su NFT que en una década haciendo música. Como otros, él ve en esta tecnología una alternativa de ingresos para artistas que supera a plataformas como Spotify o Youtube.

“A medida que los NFTs de música se conviertan en una parte más de cómo integramos y apoyamos a los artistas, los sellos tendrán que hacer algo más que añadir sus canciones a listas de reproducción”, dijo Aoki.

Lo que trae consigo esta revolución es la posibilidad de que los oyentes ocupen un rol más protagónico y directo como inversionistas de los artistas que siguen.

¿Y si esta tecnología hubiera existido en los 80’? ¿Te imaginás estar escuchando  a un pibe en un bar de Rosario y poder comprar participaciones en su disco “Del 63”?

La obra de arte antes del siglo XX era original y única, como un cuadro de Van Gogh, pero al llegar las técnicas de reproducción masiva, como la fotografía, dejó de existir la obra única y original.

¿El futuro nos puede acercar a un pasado en donde predominaba el culto por la obra única? ¿Qué nuevas relaciones con nuestros consumos culturales estamos construyendo?

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