NO SOMOS UN SHOW, ES NUESTRA CELEBRACIÓN

Por: Analía Fernández Fuks

Noche de Ballroom

Fotos: Jose Nicolini

“El planeta necesita mostris para no ser tierra de pakis” Con esta frase Laurent Tropikalia da inicio a una gran noche de ballroom en el anfiteatro de Parque Centenario, en la Ciudad de Buenos Aires.

En los camarines, lxs caminantes ultiman los detalles de sus truques antes de salir a batallar y brillar en el escenario.

“- ¿Lo hiciste vos? - Armani, bebé”

La propuesta del viaje, en esta ocasión, es sumergirse profundamente en las aguas gélidas o cálidas y convertirse en criaturas y deidades acuáticas.

“Como las algas del mar tu cuerpo has de contorsionar”

“No somos un show, es nuestra celebración”, dice Laurent Tropikalia Esta frase se repite en cada evento y señala el carácter político del ballroom, su política del afecto, la idea de comunidad y la fuga al sistema heterocispatriarcal.

En Nueva York en la década del ‘80, las pasarelas se convirtieron en espacio de exhibición y disputa política de la comunidad LGBTTIQ+ que luchaba desde allí por el reconocimiento de sus derechos....

En 1990, Madonna lanzó Vogue y la escena ballroom de los suburbios de Nueva York ganó visibilidad mundial.

Desde hace poco más de cuatro años, el ballroom crece en Argentina de manera exponencial.  Hoy hay casas en Buenos Aires, Córdoba y Rosario.

“¿Están ahí perras?” No hay fronteras entre quienes caminan y voguean y quienes miran, gritan y chasquean sus dedos desde la platea. Son orillas que se desdibujan, se fusionan. Mostris en  todas partes.

Manuelo Glorieta esta noche no está en el escenario, corea desde su asiento.  Es una marica de 22 años y llegó a House of Glorieta en 2020, a partir del diseño textil.  Y nunca más se fue.

“En la cultura ballroom nos juntamos para expresarnos a través de nuestra creatividad, del drag, de la perfo, de la danza y resistir. Acá encontré una familia elegida”, dice Manuelo.

En el documental Paris is burning (1990) se muestra cómo en los ´80, las houses eran casas que albergaban a quienes su familia de origen había expulsado.

F

“Cero… cero…siete”, el público agita. Cada casa tiene su cántico identitario y también lo tienen aquellxs caminantes que no se identifican con ninguna casa, lxs llamadxs 007.

Molly camina, luce su cola metalizada en la noche porteña. Algodón, felpa, papel tornasolado. Devenida sirena esta noche, es la primera gran ganadora en la categoría best dress.

“3, 2, 1 categoría cerrada” Todxs pueden anotarse en las distintas categorías y caminar la pasarela, pero sólo quienes obtengan los 10 de las juradas llegan a batallar. Una sola eliminación lxs deja afuera.

“Por una nueva ley de VIH”, dice Laurent Tropikalia.  Después, pregunta:  “¿Dónde está Tehuel?”

“¿Dónde está Tehuel?”, responde todo el anfiteatro.

Piruetas, voguing, dedito arriba del público a tempo, la música se acelera, giros en el aire, apertura de piernas, contorneo. El escenario está encendido.

La noche se cierra.  Ya salieron de las profundidades criaturas acuáticas tenebrosas y brillosas.  “Aquí mandan las maricas / porque somos mayoría / pakis no van a entrar”, canta Laurent Tropikalia y se despide.