Bandidos

TODOS NECESITAMOS HÉROES

Por Camilo Genoud

En ese momento crítico, pensar en un “Robin Hood de las pampas” no se veía con malos ojos.

Ese recuerdo me resuena en estos días. Anfibia Podcast estrena Bandidos, una producción en exclusiva para Podimo. Bandidos es un podcast documental con historias de los bandidos más famosos de América: Mate Cosido (Argentina), Jesse James (USA), Lampiao (Brasil), las piratas Anne Bonny y Mary Read (Caribe).

Son relatos fascinantes y difíciles de personajes que tuvieron mil vidas. Robaron bancos, asaltaron trenes en movimiento, saquearon ciudades enteras. Sus historias son dignas de los productores de las mejores plataformas de streaming.

Sus andanzas nos llegan a través de relatos populares, crónicas de la época y textos académicos que intentan rescatarlos del olvido. Narrar estas trayectorias es un gran desafío: ¿dónde termina la bio y empieza el mito?

¿Héroes o villanos? La respuesta es compleja y simple: las dos cosas. Cualquier definición que se quiera condensar la personalidad en una palabra corre el riesgo de ser incompleta o errada. 

Los dueños de la firma Dreyfus no tienen un recuerdo amable de Mate Cosido, quien asaltó a su pagador y le robó 46 mil pesos.

Igual que los de la Rural con Isidro Velázquez, que se cansó de robarles una y otra vez, a tal punto que terminaron colaborando con el régimen de Ongania otorgándoles la módica suma de 2 millones de pesos para capturarlo.

Ese relato contrasta con el de los trabajadores de la Dreyfuss, La Forestal o la Bunge & Born, sometidos a jornadas de trabajo inhumanas por sueldos miserables y sin ninguna posibilidad de queja. Lo mismo con Isidro, a quien los hacheros de las grandes estancias escondían en sus casas y, aún bajo presiones y torturas policiales, jamás delataron. 

Lo heroico de los bandidos no residía solamente en el reparto de los botines, sino en que sus asaltos y enfrentamientos  -cara a cara- con los poderosos eran una esperanza o incluso la única posibilidad que tenían de reírse de sus patrones explotadores y de la policía que los hostigaba.

1910. Montón Nilo, Río Negro. La bandolera Elena Greenhill, alias La Inglesa, tomó de rehén a varios oficiales de la policía. Una patrulla policial de entre 17 y 32 oficiales se habían dirigido a su estancia. Elena organizó a sus ayudantes y les preparó a los oficiales una recepción a base de disparos de carabinas Winchester.

Después de un prolongado fuego cruzado, muchos de los oficiales se dieron a la fuga, mientras que unos cuatro o cinco fueron apresados por Elena y puestos a trabajar en tareas hogareñas: limpiando platos, barriendo las habitaciones o lavando ropa. La policía no le perdonó semejante ofensa.

1967. Lapachito, Chaco. La dictadura de Juan Carlos Ongania aportó una suma de 99 millones de pesos, (unos 3 millones de dólares de hoy) militares, armas y un helicóptero, para capturar a Isidro Velazquez y Vicente Gauna, por entonces, los bandidos más buscados del país.

Durante los 14 días que duró el operativo,  no pudieron encontrarlos ni dar con ellos. Los medios dijeron que fue por la inoperancia de la policía pero en los poblados se decía que fue porque Isidro Velazquez “tenía payé”: una suerte de magia negra que le impedía ser descubierto.

 Otros afirmaban que Isidro caminaba por encima de los alambrados de los campos, sin dejar ningún rastro. La “operación Lapachito” popularmente se conoció como la “Operación Fracaso”. 

En tiempos en los que cualquier persona puede “ser todo lo que está bien” y pasar a ser “totalmente cancelado”, analizar la complejidad de personajes como estos Bandidos nos permite buscar distintas herramientas para analizar la historia, los problemas y a las personas. 

En el caso de los Bandidos, la pregunta que nos debe guiar no es SI fue un Héroe o Villano, sino PARA QUIÉN lo fue.