Las cosas que no se dicen en voz alta

Chile

La ceremonia de cambio de mando en principio no es demasiado relevante. Es más bien una ocasión para pensar qué se inicia, qué enfrentamos quienes, por el motivo que fuera, votamos por Boric.

Nos queda interpretar indicios y evitar el delirio profético de la futurología. En este último tiempo, con más fuerza que antes, los acontecimientos nos lanzaron en direcciones insospechadas.

Foto: Fernando Ramírez

Este gobierno se inicia en un contexto adverso: enfrentamos los efectos de una guerra que nadie vio venir. Y que significó el encarecimiento del coste de vida, las arcas fiscales vaciadas producto de la pandemia y sin posibilidad de nuevos retiros de fondos de AFP.

En la última parte del gobierno de Piñera estos recursos sirvieron de auxilio.  Pero fueron a parar directo al consumo y al ahorro. Esto explica el aumento de las tasas de interés, sustrato sobre el que hoy se suma el alza del petróleo.

El nuevo gobierno tampoco tiene demasiado en el bolsillo. Su base social real es reducida y conformada por sectores medios y juveniles educados.

Algo más: la coalición de gobierno está compuesta por sectores bastante refractarios entre sí.

Foto: Migrar Photo

De ese pacto surgió la Convención Constitucional y la posibilidad de una nueva Constitución.

El ejercicio de escribir una nueva Constitución descomprimía el conflicto, pero difería todo a un futuro bastante incierto.

No poder plantear estas cosas en voz alta amplificado el principal riesgo del gobierno de Boric: Muchas expectativas, poco capital político y económico.

Se opta por el uso efectista y publicitario de la única causa disponible que tiene la potencialidad de trascender lindes políticos y sociales: el feminismo.

Foto: Catalina Juger

Único planteo que en este minuto tiene la posibilidad de constituir un mito aglutinador de voluntades. No es casual: el Partido Comunista de Chile, consistente en su tradición leninista, devino en partido feminista.

Foto: Migrar Photo

El feminismo es una apuesta con una potencialidad transformadora enorme (en dirección de la igualdad, por ejemplo).  ¿Cómo evitar que, políticamente hablando, se lo convierta en un mero recurso?

Lo sabemos al menos desde Maquiavelo: en política nadie es malo o bueno, mentiroso u honesto.

Boric está obligado a hacer un gobierno. Esto significa que debe permanecer en el poder, ya que decidió ir por su disputa y llegó a él.