Ensayo

Radiografía de las urnas


Detrás de las encuestas: el perfil de los votantes

Las encuestas fallaron en pronosticar la diferencia de votos entre Scioli y Macri que los llevó al balotaje, pero aún dan información relevante acerca del perfil de los votantes de cada candidato y los motivos que llevaron a elegirlos. María Laura Tagina analizó los datos, cruzó sondeos y descubrió la aparición de nuevos comportamientos electorales y de factores que incidieron a la hora votar presidente. ¿Cómo se componen los 5 millones de votos que consiguió Sergio Massa?

El camino de la decisión de voto es distinto para cada uno. Algunos ya saben a qué partido van a apoyar antes de que empiece la campaña electoral, sea por tradición o porque ese partido defiende los valores que creen que importan más (la justicia social, el respeto por las instituciones de gobierno, la igualdad de oportunidades, la libertad de emprender). Otros se definen más sobre la marcha; prestan atención a cómo les cae el candidato, si le creen, si tiene experiencia de gobierno y cómo lo hizo cuando le tocó gobernar.

Los temas que, en cada coyuntura, aparecen como importantes también tienen su peso, ya que hay partidos y candidatos que se han apropiado de algunos de ellos y son su caballito de batalla. Eso sí, algunos están siempre en el tapete: la economía, en sus versiones de inflación, desocupación, crecimiento, estabilidad, capacidad de ahorro y consumo. Luego hay características propias de cada ciudadano, que influyen casi sin que nos demos cuenta: la edad que tenemos, nuestro oficio o profesión, la cantidad de años que hemos estudiado en la escuela o universidad.También nuestro entorno, la gente con la que hablamos y nos relacionamos cada día. Finalmente, hay cuestiones que no tienen que ver con cada persona; son externas y cambian en cada elección. Por ejemplo, cuántos partidos/candidatos se presentan, cuántos cargos se eligen, si quien gobierna se presenta o no a la reelección, y si tiene o no apoyo en el Congreso.

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Ante los resultados de las últimas elecciones surgen al menos dos preguntas: ¿En qué se parecen los votantes que apoyaron a los candidatos que quedaron fuera del balotaje con los que apoyaron a Scioli y a Macri? y ¿Qué priorizaron los votantes de Scioli, Macri y Massa a la hora de decidir su voto? Las respuestas que ofrecemos surgen del análisis de tres encuestas de opinión realizadas por las consultoras IPSOS, Analogías y Carlos Fara & Asociados, durante la semana previa a las elecciones generales del domingo 25 de octubre, dos de ellas de alcance nacional y la otra en el Conurbano bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires. De modo complementario analizamos una cuarta encuesta realizada en el mes de julio.

 

El perfil de los votantes de cada candidato

Daniel Scioli y Carlos Zannini se alzaron con 9 millones de votos el último domingo octubre, de los cuales algo más de tres millones corresponden al Conurbano bonaerense y la Ciudad de Buenos Aires (AMBA). En términos de edad, la fórmula tiene su mejor anclaje en el electorado joven; el 50% de sus votantes se concentra en la franja entre 16 y 35 años. Esto es razonable si consideramos que tendemos a votar en consonancia con la “atmósfera político social” del momento en que nos socializamos políticamente. Los doce años de gobiernos kirchneristas dejaron sin dudas sus rastros entre quienes transitaron la juventud durante este período. En cuanto a la composición de clase, medida según el indicador disponible que es el nivel educativo, Scioli y su compañero de fórmula cosechan casi la mitad de sus apoyos entre los que tienen hasta secundario completo (49%). Esto se repite si consideramos solamente los votantes de AMBA, si bien el segmento de los que tienen hasta primaria completa recupera cierto peso como aportante de votos (42%). Aún así, esta composición de clase resulta algo atípica para un candidato a presidente del peronismo, considerando que siempre los mayores apoyos los recibieron de la clase baja. A la vez este componente interno de su voto no varió entre las PASO y las elecciones generales, si bien, parte de la clase baja migró su apoyo a otros candidatos. En cuanto a las identificaciones partidistas, la mitad de los electores de Scioli-Zannini dicen estar afiliados o simpatizar con el peronismo o con el Frente para la Victoria. Analizando ahora los aspectos más actitudinales, el 92% aprueba en general la gestión de la Presidenta, en tanto seis de cada diez de sus votantes se consideran kirchneristas. Frente a la pregunta de “cuál candidato tiene un mejor enfoque, plan o política para abordar los siguientes temas”, Scioli lleva la delantera en la generación de empleo, educación, inflación, salud y obra pública.

 

La fórmula Mauricio Macri-Gabriela Michetti cosechó 8,4 millones de votos en todo el país, de los cuales casi tres millones corresponden al AMBA. Concentra una proporción mayor de votos entre los electores más jóvenes (16 a 25 años) y los más viejos (56 a 75), reuniendo entre ellos el 47% de los que lo apoyan. Aquí la construcción del PRO como partido durante la última década también deja ver sus efectos entre quienes se asomaron a la política en ese período. Igual que la fórmula del FpV, la de Cambiemos reúne el mayor apoyo entre los votantes que tienen hasta secundario completo (43%), pero en este caso, seguido del segmento que cuenta con estudios terciarios/universitarios (32%). Sin embargo en GBA y CABA se modifica esta distribución, tomando la delantera los que tienen estudios terciarios o universitarios (42%), lo que da cuenta del apoyo de los sectores medio y medio altos, seguidos de los que tienen hasta secundaria (39%) y por último los votantes de hasta primaria completa (19%). Con respecto a las identificaciones partidistas, un 32 % de los votantes a presidente de Cambiemos está afiliado o se identifica con PRO, UCR o PJ. En cuanto a los aspectos más actitudinales, el 72% desaprueba la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, en tanto que seis de cada diez de sus votantes se consideran anti-kirchneristas. Finalmente, Macri no logra imponerse en ninguna temática como el mejor para abordar sus soluciones.

Ahora bien, desde el domingo de la noche de la elección los medios comenzaron a identificar a Sergio Massa como el árbitro del futuro balotaje, quien junto a su compañero de fórmula Gustavo Sáenz, se ubicaron en tercer lugar, con más de cinco millones de votos. De allí que sea de gran interés analizar el perfil de sus votantes. Massa, al igual que Macri, tiene su mejor desempeño en el primer y último segmento de edad (16 a 25 años y 56 a 75 años). En ellos concentra el 50% de su electorado. En cuando a la extracción social, medida según el nivel educativo, el mayor aporte de votantes los recibe de segmento que tiene hasta primaria completa (43%). Esta composición del voto es típica de los candidatos peronistas. Una de las encuestas, registra un cambio en este aspecto, de las PASO a las elecciones generales, indicando que el 25 de octubre Massa logró captar una porción mayor de votantes de los sectores bajos. Con respecto al origen partidista de sus votantes, un 40% está afiliado o simpatiza con el PJ, el Frente Renovador o la UCR (30%, 10% y 10% respectivamente). A la vez, el 54% desaprueba en general la gestión de la Presidenta, en tanto que el 44% la aprueba, una proporción ésta nada desdeñable. En GBA y CABA en cambio, donde reunieron 1,8 milllones de votos, la desaprobación de la gestión de CFK entre sus votantes asciende al 63%. Esto se refleja además en las actitudes hacia el kirchnerismo; seis de cada diez votantes de UNA se consideran anti-kirchneristas. Con respecto a la situación económica del país, el 73% la evalúa como bastante o muy mala. A la vez Massa es identificado como el mejor candidato para enfrentar el problema de la inseguridad.

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En síntesis, el electorado de Massa tiene una composición de clase cercana a la tradicional del peronismo; en este sentido desplazó en parte a Scioli de ese espacio, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. En cuanto a las identificaciones por partido, un 30% de electorado de Massa es peronista o del Frente Renovador. En términos de edad su electorado se parece más al de Macri, lo mismo que en términos actitudinales, ya que el electorado de Massa es tan anti-kirchnerista como el de Macri. En cuanto a la valoración de la gestión de CFK está dividida casi mitad y mitad considerando todo el país, pero en el GBA y CABA donde concentra la mitad de su electorado, esa valoración empeora.

Entre los 620 mil votantes de Margarita Stolbizer y Miguel Angel Olaviaga, cinco de cada diez se consideran anti-kirchneristas. Sin embargo esta distribución baja a tres de cada diez en GBA y CABA, donde la fórmula obtuvo el 45% de sus votos. A la vez, a la hora de evaluar la gestión de la presidenta el 61% de sus votantes la aprueba en general, creciendo al 68% si se considera sólo el AMBA, lo que indica que evaluación de gestión y actitudes frente al kirchnerismo corren a veces por carriles separados. No obstante el 69% de sus votantes considera la situación económica del país como bastante o muy mala, mejorando levemente esta valoración en el Conurbano y la Ciudad de Buenos Aires.

De los votantes de Nicolás del Caño y Myriam Bregman, que se alzaron con casi 800 mil votos en todo el país, seis de cada diez se consideran neutrales con respecto al kirchnerismo y tres de cada diez anti-kirchneristas. En cambio en GBA y CABA se modifica la distribución, siendo cuatro de cada diez neutrales y cuatro de cada diez anti-kirchneristas. En cuanto a la gestión de la presidenta, el 73% la aprueba y el 27% la desaprueba. Con respecto a la situación económica del país, el 51% la considera bastante o muy mala y 42% bastante o muy buena. En GBA y CABA las evaluaciones empeoran, distribuyéndose en 64% y 29% las opiniones negativas y positivas respectivamente.

Por último, la fórmula Adolfo Rodríguez Saá-Liliana Negre de Alonso, quedó última en cantidad de votos, con algo más de 400 mil en todo el país. Entre sus votantes, cuatro de cada diez se consideran neutrales y cuatro de cada diez anti-kirchneristas. Sin embargo en el AMBA, donde reunió un 20% del total conseguido en el país, cambia drásticamente esta distribución: los que se consideran neutrales bajan a dos de cada diez y suben a ocho de cada diez los votantes anti-kirchneristas. A la vez, el 53% de los votantes de la Alianza Compromiso Federal desaprueba la gestión de la presidenta y 47% la aprueba. En cuanto a la situación del país, el 80% la considera bastante o muy mala.

Las razones del voto en el AMBA

¿Qué priorizaron los votantes de Scioli, Macri y Massa a la hora de decidir su voto en esta área paradigmática del país? Pusimos a competir las razones estructurales del voto asociadas al nivel socioeconómico de los votantes, su ideología y su identificación partidaria, con las razones más coyunturales, que incluyen la imagen de los candidatos, la valoración de la situación personal y familiar y la aprobación de la gestión de la presidenta. Veamos los resultados.

La identificación con un partido y la ideología. ¿Cuánto influye ser peronista o radical a la hora de emitir el voto? Sin dudas, para quienes se posicionan frente a un partido como afiliados o simpatizantes influye mucho. En la actualidad, cinco de cada diez argentinos declaran cercanía con algún partido político, lo que indica que la llamada crisis de representación sobre la que tanto hemos escrito en los años 90 en parte se ha revertido. ¿Y ser de derecha o izquierda? También influye, si bien partidos como el justicialista o el radical han albergado históricamente a un espectro ideológico amplio de votantes.

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En el caso de los votantes de Scioli, la cercanía con el FpV incrementó fuertemente la probabilidad de votarlo, con respecto a los ciudadanos que se consideran independientes. El mismo efecto aunque en menor grado lo tuvo el hecho de que un votante se identificara con el Justicialismo. En cuanto a la ideología, ser de centro derecha o derecha hizo decrecer fuertemente la probabilidad de apoyar la fórmula del FpV con respecto a los ciudadanos que se reconocen como de centro-izquierda e izquierda. Esta relación entre ideología y voto por el FpV no se verificó en los estudios de voto a nivel nacional, cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner resultó electa en 2007 ni en 2011 (no conozco estudios referidos al AMBA que lo hayan analizado), por lo que aporta una novedad sobre cómo votamos actualmente los argentinos.

En el caso de los votantes de Macri, también la identificación con PRO incrementó la probabilidad de votarlo, aunque el impacto fue menor que en el caso del candidato del FpV y sus simpatizantes. La ideología en cambio no tiene un efecto que nos permita afirmar que ha sido un factor decisivo a la hora de votarlo.

En cuanto a Massa, se impone con fuerza como explicación de su apoyo electoral el hecho de identificarse con el Frente Renovador, pero lo que es más interesante es que la identificación con el Justicialismo no parece ser un factor con impacto relevante. Esto se corresponde con el hecho de que entre los votantes de Massa del AMBA, los que se identifican con el PJ no alcanzan a un 10%.

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La gestión y el candidato

¿Qué tuvo más peso a la hora de votar, en particular cuando se trató de candidatos con cargos en el nivel ejecutivo? ¿Cómo influyó la valoración de la gestión de CFK y su imagen? Entre los votantes de Scioli tuvo un mayor peso la aprobación de la gestión de la Presidenta, que la suya propia. Lo mismo al comparar el peso de su imagen personal; influyó positivamente en el voto pero menos que la aprobación de Cristina. Esto nos permitiría decir que en el AMBA, Scioli le debe los votos que cosechó más a CFK que a sí mismo (hizo bien el cálculo cuando se pegó a la Presidenta). Pero la ecuación cambia ahora de cara al balotaje, cuando se trata de ganar el apoyo de los independientes, y aún, de los que con una identidad partidaria definida, no quieren a Cristina.

En el caso de Macri, una evaluación positiva de su gestión es lo que mejor explica el apoyo electoral que logra en el AMBA. Como se mencionaba en la conferencia de ANFIBIA – Science PO, parecería que PRO compró el modelo del Frente Amplio uruguayo: primero ganó la intendencia y luego con el discurso de la gestión y de “yo te soluciono tu problema”, exportó ese modelo al resto de la Argentina. Sólo que el nuestro es un país algo más complejo y diverso que el de nuestros vecinos orientales.

Más interesante aún es que en el caso de los votantes de UNA, la desaprobación de la gestión de CFK tiene tanto peso como la buena imagen de Massa. Junto con ello, otro factor actitudinal con impacto explicativo es el desinterés en la política, ya que a menor interés mayor probabilidad de apoyar al candidato de UNA. Esto contradice alguna tesis difundida en los medios acerca de la sofisticación del votante de Massa.

La ocupación, el nivel socioeconómico y la edad. Algo novedoso de esta elección, es cómo los factores estructurales como el nivel socioeconómico de los votantes, su ocupación, edad y sexo perdieron peso explicativo en competencia con los factores actitudinales, al punto de no resultar estadísticamente relevantes, al menos en la región del AMBA. ¿Significa esto que ya no importa si el votante es obrero o profesor universitario, joven o viejo, si no tiene auto o anda en un BMW? Sí importa, pero menos que antes. De todos ellos, la edad y el sexo aún nos dicen algo, como que ser mujer incrementa el voto por Massa frente al ser hombre, o que ser joven en el AMBA tiene un leve impacto positivo en el voto por Macri.

Lo que siempre fue, ¿lo mismo será? Pareciera que no. Están apareciendo nuevos patrones de comportamiento electoral que si bien aún no califican de patrones, nos dan pistas de que el electorado está cambiando, al mismo tiempo que se va modificando la oferta de partidos y candidatos (o el sistema nacional de partidos que no termina de converger en uno nuevo). A esto se suman que las elecciones en un sistema federal como el nuestro se juegan en múltiples niveles, que arrastran de arriba hacia abajo, pero también de abajo hacia arriba (cosa que por motivos de espacio no pudimos analizar en este artículo). Ahora en el balotaje, el resultado no podrá ser atribuido a efectos “de arrastre”. Es la instancia de mayor personalización de la política en la que las percepciones sobre las cualidades personales de cada candidato juegan un rol central. Esperemos a ver qué resulta.

Ficha técnica: 

-Encuesta de IPSOS.1046 casos relevados en forma telefónica por sistema CATI. Cobertura nacional, durante la semana en que se realizaron las elecciones.

-Encuestas de ANALOGÍAS. 2098 casos relevados en forma telefónica por sistema IVR. Cobertura nacional.

-Encuesta de ANALOGIAS. 1412 casos relevados en forma telefónica por sistema. Cobertura nacional, realizada en julio.

-Encuesta de Carlos Fara & Asociados. 454 casos relevados en forma presencial y telefónica por sistema CATI, en el GBA y Ciudad de Buenos Aires, durante la semana en que se realizaron las elecciones.

Los resultados del procesamiento de datos pueden consultarse acá.