El ambientalista dueño de una papelera
La mañana del 4 de mayo de 2001, un hombrecito moreno y despeinado se sacaba sus gafas de cristal ancho, como jarrones, antes de echarle sorbos al café insípido y desabrido mientras ojeaba los escaparates céntricos de Dublín. Inexplicablemente sonrió. Qué curioso le regocijaba esa ciudad húmeda, parroquial, pero de un extraño sentido contemporáneo. Esos ... Leer más