Ensayo

Elecciones legislativas


Perder de local

Los resultados de las Elecciones legislativas repiten un fenómeno que vimos en 2023: los votantes eligen de manera distinta cuando se ponen en juego cargos provinciales y nacionales. Analizando cada territorio, el Área de Política Subnacional y Relaciones Intergubernamentales de la UNSAM destaca que sólo en nueve provincias y en la Ciudad de Buenos Aires los gobernadores lograron mantener el apoyo de su electorado. Más allá del shock en tierras bonaerenses, donde La Libertad Avanza remontó una derrota de 14 puntos, se suma también el fracaso del espacio Provincias Unidas que no logró convertirse en una alternativa viable. Si el gobierno nacional es el ganador ¿qué queda para el peronismo derrotado? ¿Cómo resolverá sus internas de acá a 2027?

Escriben este texto Jacqueline Behrend, Iván Jacobsohn, Augusto Abdulhadi, Penélope Vaca Ávila, Nahuel Dragún, Facundo Sánchez, Rodrigo Curto y Rodrigo Malpartida.

El país volvió a pintarse de violeta. Pero en más de la mitad de las provincias los grandes perdedores fueron los gobernadores. 

 Esto muestra un fenómeno que ya se vio en 2023: los votantes eligen de manera distinta cuando se eligen cargos provinciales y nacionales. A nivel provincial, refrendaron a sus gobernadores y mantuvieron la estabilidad local, pero a nivel nacional manifestaron un hartazgo con las fuerzas políticas que gobernaron en los últimos años y volvieron a apostar por Javier Milei, un outsider de la política que prometió y sigue prometiendo destruir el Estado y la política tal como la conocíamos.

Más allá del shock en la provincia de Buenos Aires, donde LLA remontó la diferencia de 14 puntos de las elecciones bonaerenses de hace menos de dos meses, los gobernadores de partidos provinciales, el radicalismo y el PRO no lograron mantener el apoyo que habían obtenido en las legislativas de sus territorios. El radicalismo quedó casi desdibujado, el PRO se integró a La Libertad Avanza y Provincias Unidas, el nuevo espacio creado por un grupo de gobernadores, no logró convertirse en una alternativa viable. Dicho en números, en 13 provincias los jefes provinciales perdieron las elecciones legislativas nacionales. En algunos casos cayeron frente a La Libertad Avanza y en otros frente al peronismo. Sólo en diez provincias y en la Ciudad de Buenos Aires lograron mantener el apoyo de su electorado.

Los gobernadores peronistas retuvieron a sus votantes en casi todas las provincias, con la excepción de Buenos Aires, la más poblada del país. En territorio bonaerense, Fuerza Patria perdió por 0,54 puntos frente a la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO. El contraste con las elecciones provinciales del 7 de septiembre, donde el peronismo ganó por 14 puntos con un armado que estuvo en manos del gobernador Axel Kicillof y los intendentes, fue notable.

En Buenos Aires, Chubut, Córdoba, Jujuy, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Santa Fe, San Juan, San Luis y Tierra del Fuego perdieron los partidos de los gobernadores. La mayoría de quienes obtuvieron malos resultados pertenecen a partidos provinciales que quedaron atrapados en la polarización entre La Libertad Avanza y el peronismo. En Río Negro, el partido provincial del gobernador Alberto Weretilneck —Juntos Somos Río Negro— quedó afuera del Congreso y perdió sus bancas tanto en Diputados como en el Senado. Lo mismo le ocurrió al partido de Claudio Vidal de Santa Cruz, que quedó en el tercer puesto. El Frente Renovador de la Concordia en Misiones y el partido oficialista La Neuquenidad en Neuquén quedaron relegados al segundo lugar. En Salta, el partido provincial del gobernador Gustavo Saénz quedó segundo detrás de LLA, aunque había optado por no apoyar formalmente ninguna lista. Además de Kicillof, Gustavo Melella, de Tierra del Fuego, perdió frente a LLA en su provincia.

El único gobernador de Provincias Unidas que ganó en su distrito fue Gustavo Valdés,  de Corrientes, aunque quedó lejos de la victoria aplastante del radicalismo en la elección a gobernador de agosto de este año. La candidata a diputada de LLA, Virginia Gallardo, una figura perteneciente al mundo del espectáculo, perdió por un punto pero ganó por amplia diferencia en la capital correntina. En Córdoba, el histórico dirigente Juan Schiaretti quedó en segundo lugar, muy por detrás de Gonzalo Roca, el desconocido candidato de La Libertad Avanza. En Santa Fe, la candidata del gobernador Maximiliano Pullaro quedó tercera, detrás de LLA y del peronismo. En Jujuy, LLA también se impuso sobre el oficialismo provincial del gobernador radical Carlos Sadir. En Chubut, la candidata del gobernador del PRO Ignacio Torres quedó en tercer lugar, detrás de LLA y FP.

En el Senado el peronismo perdió bancas, mientras que en la Cámara de Diputados, LLA ganó sobre todo a costa del PRO, la UCR y los partidos provinciales, y no del peronismo.

Provincia por provincia

En la provincia de Buenos Aires, donde hace un mes y medio había triunfado por más de un millón de votos, el peronismo ayer perdió por cincuenta mil, a pesar del escándalo por presuntos vínculos con el narcotráfico que llevó al candidato libertario a primer diputado, José Luis Espert, a retirar su candidatura a último momento. El mapa provincial mostró a los municipios del interior bonaerense pintados casi en su totalidad de violeta, mientras que el peronismo se impuso en sus bastiones del conurbano, pero obtuvo un porcentaje de votos inferior al de septiembre.

La aplastante victoria de la alianza LLA y PRO en CABA evidencia el apoyo que ambas fuerzas mantienen en el distrito. A diferencia de las elecciones locales, esta vez el voto de la centroderecha no se dispersó entre los dos partidos. Fuerza Patria logró el senador por la minoría y el Frente de Izquierda hizo una muy buena elección para diputados.

Los gobernadores de Santa Fe y Córdoba enfrentaron dos de las derrotas más contundentes y llamativas de la jornada. Maximiliano Pullaro y Martín Llaryora conformaron el frente Provincias Unidas con la expectativa de consolidar un bloque en la Cámara de Diputados capaz de negociar con el ejecutivo nacional. La victoria contundente de LLA en ambas provincias los dejó muy debilitados y los condena a ser convidados de piedra del oficialismo. La estrategia del gobernador de Entre Ríos, el macrista Rogelio Frigerio, dio otros frutos, ya que decidió avanzar en un frente junto a la LLA y logró imponerse por 18 puntos sobre el peronismo de Fuerza Entre Ríos. Así, obtuvo tres de las cinco bancas para la Cámara de Diputados y los dos senadores por la mayoría. Esta alianza parece prefigurar el futuro de la centroderecha, fundiéndose con el oficialismo y abandonando la marca partidaria propia. Sergio Ziliotto, gobernador peronista de La Pampa, logró la victoria.

En Chaco la alianza entre el oficialismo provincial (UCR/PRO) y LLA fortaleció al gobernador (se adjudicaron dos bancas de las cuatro en juego para diputados nacionales, y dos de las tres para el Senado, cuando antes tenía una de las tres). En Misiones LLA ganó contra el Frente Renovador de la Concordia (FRC) misionero, y se fortaleció adjudicándose dos de las tres bancas para diputados nacionales (aunque el FRC logró retener la banca que ponía en juego). LLA ocupa en Misiones el lugar que antes tuvo Juntos por el Cambio, fue aliado al PRO y desplazó a la UCR, que compitió en soledad. En Corrientes ganó la coalición del gobernador Juan Pablo Valdés (Vamos Corrientes), que compitió contra LLA, pero por poca diferencia, y cada fuerza se adjudicó un diputado nacional (el gobernador correntino perdió un diputado, que fue para LLA, y el peronismo logró retener la banca que ponía en juego). Valdés fue el único gobernador del espacio Provincias Unidas que logró un triunfo en su provincia. En Formosa, el oficialismo de Gildo Insfrán logró mantener su invicto electoral al obtener cerca del 60% de los votos. La sorpresa de la elección fue el desempeño del candidato de Milei, el intendente de Las Lomitas y exgildista Atilio Basualdo, quien alcanzó casi el 40% y relegó al radicalismo a un lejano tercer lugar. De este modo, La Libertad Avanza consiguió una banca en la Cámara de Diputados.

En Jujuy el oficialismo provincial quedó segundo, detrás de LLA, que hizo la mejor elección provincial hasta el momento (había quedado segundo en las provinciales), asumiendo quizás el costo de un voto castigo que estaba en el aire. Carlos Sadir es otro de los gobernadores de Provincias Unidas que no pudo capitalizar ese armado electoral. Si Fuerza Patria hubiera sumado las dos listas peronistas que se presentaron, le hubiese arrebatado a la UCR el tercer diputado. De modo similar, en la provincia vecina de Salta también ganó el oficialismo nacional, seguido del provincial, aunque en esta ocasión el gobernador Sáenz había optado por no apoyar formalmente ninguna lista.

En Catamarca y Tucumán los gobernadores peronistas Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo (este último encabezó la lista), lograron aplastantes victorias que refrendaron sus gestiones provinciales y sus estrategias de acercamiento y negociación con el gobierno nacional. En La Rioja, el peronismo se impuso por un margen muy estrecho frente a Gino Visconti, el candidato de LLA —respaldado por la familia Menem—. En San Juan el gobernador fue derrotado. El oficialismo provincial de Juntos por el Cambio quedó en segundo lugar, superado por el peronismo, mientras que La Libertad Avanza se ubicó en el tercero. En San Luis, el gobernador Claudio Poggi no presentó listas propias, pero apoyó públicamente la lista de LLA y marcó así su acercamiento al gobierno nacional.

Santiago del Estero es una de las provincias donde peor le fue al oficialismo nacional (que salió tercero) y mejor le fue al provincial: el Frente Cívico se consagró con Elías Suarez como nuevo gobernador, jefe de Gabinete de Gerardo Zamora, que fue electo con niveles históricos (casi el 70% de los votos). También logró mayoría en la legislatura y se quedó con dos de los tres diputados y senadores nacionales. La estrategia en esta provincia peronista fue que Fuerza Patria presentara una lista por separado que salió segunda, ganando una banca en cada cámara.

Santiago del Estero es una de las provincias donde peor le fue al oficialismo nacional (que salió tercero) y mejor le fue al provincial: el Frente Cívico triunfó y Gerardo Zamora fue reelecto como gobernador con niveles históricos.

En la Patagonia, los gobernadores fueron derrotados en 5 provincias: Gustavo Melella, de Tierra del Fuego,  pertenece a Fuerza Patria. Las demás provincias son gobernadas por fuerzas provinciales. En Neuquén, el gobernador Rolando Figueroa de La Neuquinidad perdió tanto en diputados como en senadores, ubicándose como segunda fuerza. En Río Negro la fuerza de Alberto Weretilneck perdió en diputados contra LLA y en senadores contra Fuerza Patria. En ambas contiendas se ubicó en tercer lugar. En Chubut el partido del gobernador Ignacio Torres, del PRO e integrante de Provincias Unidas, quedó tercero por detrás de LLA y Fuerza Patria. En Tierra del Fuego el gobernador Gustavo Melella perdió contra LLA tanto en diputados como senadores. En Santa Cruz, la fuerza provincial de Claudio Vidal, del PRO, se ubicó en tercer lugar, por detrás de Fuerza Patria y LLA.

El futuro

¿Qué nos dicen estas elecciones de lo que puede ocurrir? Las legislativas dan indicios de cómo va a ser la dinámica en el Congreso en los próximos dos años y la gobernabilidad del Presidente, quien, si bien va a tener que seguir negociando con la oposición, fortaleció su representación en ambas cámaras. Pero las elecciones de medio término nunca son buenas para predecir lo que puede ocurrir en las presidenciales que le siguen: en 2009 Cristina Fernández de Kirchner perdió las legislativas pero ganó las presidenciales cuando fue por la reelección; Mauricio Macri ganó las de medio término en 2017 pero perdió la reelección; Alberto Fernández perdió las de medio término en 2021, no fue a la reelección y el peronismo, con Sergio Massa como candidato, perdió las presidenciales siguientes. 

En este sentido, los dos años que le quedan a Milei son largos y las cartas no están jugadas. La Libertad Avanza aumentó considerablemente su caudal de diputados y senadores, pero sigue sin tener quórum propio y va a tener que negociar con otros partidos políticos para gobernar o seguir gobernando por decreto y a través de vetos presidenciales, aunque desde un lugar de mayor fuerza y legitimidad. Hay una clara polarización entre LLA y aliados, y el peronismo, sin una tercera vía superadora como pretendía ser Provincias Unidas. 

La Libertad Avanza aumentó considerablemente su caudal de diputados y senadores, pero sigue sin tener quórum propio y va a tener que negociar con otros partidos políticos para gobernar o seguir gobernando por decreto y a través de vetos presidenciales, aunque desde un lugar de mayor fuerza y legitimidad.

El peronismo ahora tendrá que dirimir sus internas y resolver sus problemas de liderazgo. Estas elecciones, al igual que las del 7 de septiembre, mostraron el agotamiento del kirchnerismo, no sólo en la provincia de Buenos Aires, sino a nivel nacional. Así como la autoridad de Cristina Kirchner quedó relegada después del triunfo de Kicillof y los intendentes en las elecciones provinciales, los candidatos y el armado político del cristinismo en la provincia de Buenos Aires no fueron lo suficientemente atractivos en las elecciones legislativas nacionales. Los intendentes jugaron fuerte en las elecciones provinciales y apoyaron a Kicillof, pero no fueron parte del armado electoral para las nacionales y se mantuvieron mayormente al margen. Si bien hay un pase de factura entre los seguidores de Cristina y los seguidores de Kicillof por el desdoblamiento de las elecciones —¿estuvo bien? ¿estuvo mal? ¿a quién le sirvió? —, el resultado electoral vuelve a despejar el camino para que Kicillof arme su juego con los intendentes y otros gobernadores, y consolide su liderazgo dentro del peronismo, que sigue dando muestras de la necesidad de una renovación.