Crónica

Onlyfans


Luces, cámara, ¡dólares!

Onlyfans despegó alto durante la pandemia multiplicando por diez sus suscripciones. Con casi 70 millones de usuarios registrados, la plataforma -que no es solo de contenido sexual explícito- se transformó en fuente de ingresos para miles de personas que monetizan su capital erótico. Jose “Pepe” Scasserra analiza el fenómeno partiendo de dos aristas: la uberización del sexo y su función en el mercado sexual entre varones gays. ¿Garpa ser tu propio jefe? ¿Se puede comprar un departamento haciendo videos porno?

Arte: Horacio Abdala + Romina Castro

Estoy en la cama viendo cómo mi amigo Benny se garcha un pibe que grita y se agarra de la almohada. Benny da unos gemidos que suenan muy genuinos y marcan el orgasmo. Dos bombeadas después, la muestra termina. El video tiene 8707 likes, 2282 retweets, y 50 comentarios. La descripción me saca una sonrisa: rough but just enough for @LexVers who took it like a champ in my last video. See the full length version in: onlyfans.com/scruffystockyno. Una descripción genérica, pero funciona. El “took it like a champ” (algo así como “se la bancó como un campeón”) me calienta. Más que el video. 

Benny ganó sus buenos dólares por la publicación; el otro, no. Lo sé porque me contó que el pibe le pidió participar del video solamente por el morbo que le da aparecer en su Onlyfans y, obviamente, por el aluvión de seguidores que le debe haber llegado por Twitter. Evidentemente, en el mercado sexual de los varones gays, coger con una celebridad de las redes es capital erótico y digital.

Abro el chat con mi amigo, lleno de memes, flyers activistas y recetas de cocina. “Gordo… ¿A vos te calienta ver tu video en la web?". Benny está en línea. Es una persona muy solicitada, pero con él tengo mis privilegios. Me responde enseguida: "Y… un poco sí. Sabés que siempre me gustó el exhibicionismo." 

Pienso en su respuesta. Cuando lo conocí, hace ocho años, le dio vergüenza irnos a los besos frente a sus amigas en medio del boliche en el que estábamos. Hasta me pidió que fuéramos a una pared más alejada para comernos la boca. Años después, con el activismo gordo, llegó el modelaje, y su cuerpo casi desnudo pasó a ser moneda corriente en redes sociales. 

"¿Y ser un fetiche? ¿Te calienta eso también?" lo pico un poco, porque ya sé lo que me va a responder. "Más que fetiche, me reapropio de poder ser gordo. Es una venganza, amiga. Contra todo el bullying de mi adolescencia". 

Activismo, reivindicaciones, compulsión y publicaciones frenéticas. Dólares, dólares, y más dólares. Like y retweet. En un momento Benny tomó un camino que me aterra y seduce por igual. A veces pienso en la presión psicológica que las redes sociales deben ejercer sobre él. Ser una celebridad digital no es para cualquiera. Menos una celebridad que hace poco incursiona en el porno.

“Cada paso es un paso sin vuelta atrás” me dijo, cuando le pregunté qué sintió al grabar ese video teniendo sexo en México. No se trata de un POV, es decir, de una grabación casera, donde los espectadores vemos solamente lo que ve quien está teniendo sexo. Es una producción donde su cuerpo y su cara aparecen por completo. “Como la imagen ya se difundió, no podría construir una carrera bajo del ojo moral social, tipo profesional... como vos, amiga, que sos una chica tan leída...”

Pero mi amigo no es el único. En la curaduría de uno mismo que ofrecen las redes sociales, los varones gays nos empujamos cada vez más a ser emprendedores de nosotros mismos en vistas de conseguir reconocimiento y deseo ajeno. El capital digital y el capital sexual se confunden: ¿por qué no monetarizarlo? Ya otros lo han hecho con su auto, su registro de conducir, o su bicicleta. La uberización del sexo ha llegado. Para ello, fue necesario que los desnudos se hicieran más explícitos en el mercado de la seducción gay virtual, pero también, más breves. Si todos somos ya productos en las redes sociales, con la aparición de Onlyfans un nuevo imperativo invisible mueve las publicaciones de los emprendedores de modelo: mejor no muestres todo el producto, porque lo podés vender.

 Pornotopía del siglo XXI

Onlyfans fue creada en Inglaterra en el año 2016. No se dedica exclusivamente al porno pero no existe ninguna restricción al resto de contenidos con público dispuesto a pagar por ellos. La dinámica es sencilla: cualquiera puede abrir su cuenta, incluso usando su perfil de google. Luego, para acceder a contenidos de productores, es necesario pagar el precio que cada usuario le pone a su suscripción. 

Hay cuentas de música, repostería, cocina. Pero es innegable que el contenido sexual es el que mueve la mayor parte de los ingresos de la empresa. Prueba de ello fue el “amague” que dio en bajar todo el contenido sexual, que fue interpretado por muchos como una movida publicitaria. 

No debería sorprender que, en un mundo arrasado por la pandemia, la industria del porno se haya disparado. En Pornotopía, Paul B. Preciado señala, entre otras cosas, que el teletrabajo fue inventado en la mansión Playboy. Allí nació la idea de producir valor desde la cama, sin salir de casa. Basta una cámara que transmita para esperar que los dólares lleguen. 

Este modelo ha ido in crescendo: antes de Onlyfans hubo servicios similares, como CAM4. Pero con la nueva plataforma digital de venta de material audiovisual de tan fácil acceso, y la economía mundial en crisis, hacer porno parece ser una opción cada vez más lógica, especialmente para una generación que naturalizó casi sin darse cuenta el hecho de grabar y compartir contenido sexual. 

Una suscripción puede cobrarse entre 3 y 50 dólares por mes. Con una promoción, quizás, se puede hacer un 50% de descuento, con lo cuál el mínimo podría bajar casi a dólar y medio. La página se queda con el 20% del ingreso. Aún así, si un modelo tiene al menos ciento cincuenta personas suscritas al costo mínimo y promocional, ya estaría percibiendo un ingreso casi igual a un salario mínimo argentino. 

Esto entendieron Leo y Lucas, una pareja de ositos pampeanos que se dan algunos gustos con lo que ganan filmándose mientras cogen. Cuando me contacté con ellos, me contaron que en Santa Rosa, a lo sumo, hay 10 usuarios en grindr, todos decapitados. Abundan las fotos de torsos y abdominales, pero nadie quiere mostrar su cara en una red social de homosexuales. “Es una ciudad muy conservadora. Nos da miedo a veces, por el trabajo de los dos. Pero estamos edificando y la plata nos viene bien. Por suerte, ningún conocido encontró nuestro twitter todavía”. 

En su caso, no hay reivindicaciones identitarias ni corporales, por más de que producen un porno “de nicho”, especial para el mercado bear. Simplemente, un cálculo de interés: “ya mandábamos fotos y videos culeando, y nos calentábamos con eso. ¿Por qué no aprovechar y hacerse unos mangos, ya que estamos?”

Juan, el Doctor

@juanchox007 es médico epidemiólogo y modelo de onlyfans. Le escribí y me invitó a tomar un café a su departamento. Twitter me dejó muy claro que, además de sus conocimientos sobre salud, @juanchox007 tiene una verga de más de veintitrés centímetros. Mientras espero que baje a abrirme, pienso en la cantidad de veces que me calenté viendo videos de la persona que estoy por conocer. 

Lo veo venir por el pasillo del edificio. Usa una remera ceñida y un putishort que apenas le cubre por debajo del bulto. Sostengo mi mirada en su cara, lo saludo como todo un profesional. Me presento y le agradezco por su tiempo. El doctor me invita a pasar y en el ascensor dice que jamás lo entrevistaron. 

El departamento es amplio, luminoso, y está ubicado en una zona privilegiada de Buenos Aires. Ya en su cocina, y con las dos tazas de café servidas, me explica su concepto de venta. “Lo que calienta de mi es el ambo de médico, y el tamaño de mi verga. Una foto se vende si estoy vestido de médico. En los videos, necesito mostrar la fantasía del consultorio, del paciente, y del examen físico.” No pienso contradecirlo, doctor. 

Si @juanchox007 respeta la fantasía que le piden sus fans, sus suscriptores aumentan. Le pregunto cuántos tiene, en promedio. Él duda unos segundos. Después, dice que hace meses sostiene un número de 1.7k. Pienso en el sueldo que logro sumando todos los trabajos que hago, y evito hacer cuentas para no angustiarme.  

Pero el dinero no se hace del todo con las suscripciones. Vender videos puede marcar la diferencia del mes. Lo que en Twitter son veinte segundos de sexo explícito, @juanchox007 lo convierte en un video de 5 minutos en su Onlyfans, que aún no es todo el material. “Al que consume porno le gusta la historia completa" que, según dice, puede llegar a cobrarse unos 30 dólares. 

Otro tema son las entrevistas personales, un lujo que poca gente puede darse, pero que @juanchox007 sostiene solamente de manera virtual.  Saca el teléfono y se para al lado mío. Me muestra sus conversaciones con dos daddies que le mandan selfies y le preguntan How was your day? Le pagan para que les haga compañía por WhatsApp. “Solamente quieren sentirse ennoviados” dice, mientras me muestra las nudes que les manda a sus clientes. La soledad es un mercado ilimitado. 

@juanchox007 vende una fantasía, y lo sabe. “De hecho, ni siquiera trabajo en ambo en mi trabajo formal. Es algo que me pongo solamente para filmar”. Lo escucho y recuerdo el señalamiento de Virgine Despentes de que todxs somos prostitutxs del sistema. Me pregunto cuántas veces yo vendí una fantasía como profesor, como escritor, o como investigador, para que las cuentas cierren a fin de mes. Como él, también uso mi lengua, mi energía psicológica y mi imagen para trabajar. Solamente que con ropa puesta. Quizás lo único que nos diferencie sea su cuenta en dólares, que por lo que muestra, no deja de crecer. 

Juan y sus pacientes

"¿Y cómo elegís a los pacientes, doctor?" le pregunto, con genuino morbo. 

Antes de responderme, @juanchox007 necesita aclarar que lo peor que puede pasar es que el contenido se baje. Es tiempo invertido en producción que necesita ser monetarizado. No se refiere a probar la misma selfie varias veces para que se resalte el perfil que más favorece. Hablamos de horas de establecer contacto con el colaborador, filmar, y editar. Los modelos no son solo modelos: la uberización así lo garantiza. Deben gestionar ellos mismos todo el trabajo intelectual que antecede al video que finalmente se va a vender. En ellos recae las responsabilidades de contacto, producción, edición, idea, guión, y actuación. 

@juanchox007 me explica las precauciones para que el material quede en la web. Se piden datos exactos, foto de cara con DNI, pasaporte, nacionalidad. Se hace una encuesta para abrir la página. Tampoco pueden salir animales, porque se considera maltrato. Y hay que tener mucho cuidado con quien se filma. “Es mejor que sea alguien de Onlyfans. Si no lo es, hay que subir documentación que acredite quién es esa persona. Especialmente si parece menor de edad, como sucede en el mundo de los twinks”. 

El doctor conoce a sus pacientes mediante grupos de whatsapp. A medida que la página crece se entra en un mundo mucho más complicado, de mucha competitividad. Es necesario estar en los grupos, donde los administradores son actores de medios grandes. Ahí se organiza la publicidad mutua para compartir seguidores, y se tejen las alianzas entre aquéllos que lo juzgan adecuado para su supervivencia.   

Lo cierto es que el mundo de los varones gays hace años que se maneja bajo las lógicas de un mercado competitivo. Nuestras redes sociales explotan en búsqueda de capital erótico y digital. A mayor arrobas, mayores likes, mayores follows, mayores fueguitos, mayor sexting. La cosa escaló exponencialmente sin que fuéramos muy conscientes de a dónde estaba yendo. Pero en Onlyfans la competencia ya no consiste en discusiones de corte Lindsey Lohan sobre quién es la más perra o quién tiene el cuerpo más esculpido. Aquí, se juega dinero y la sustentabilidad de las personas. El mejor dato sobre los ingresos de Onlyfans es de Abril de 2020. El bloguero Tomas Holland publicó en su sitio Xrus algunas estimaciones: “El 1% de las cuentas más importantes gana el 33% de todo el dinero. El 10% de las cuentas más importantes gana el 73% de todo el dinero”. 

Según mis cálculos, @juanchox007 está dentro de ese 10% que ha salido bien parado en la uberización del mercado sexual. Su éxito se debe a que se viralizó en Twitter una foto vestido de ambo, donde su bulto se marcaba prominentemente. Para el resto de los creadores de contenido, el ingreso promedio está en unos USD 180 mensuales.

Lo único claro es que ante un contexto de recesión mundial, la generación condenada al monotributo y el trabajo pobremente remunerado nos dirigimos a monetarizar cualquier cosa para sobrevivir, incluso el capital erótico que produjimos de forma no remunerada. Un “devenir-porno” generacional, como había predicho Preciado. @juanchox007 es consciente de ello: “El sistema no valora el trabajo como ser profesor, o abogado, pero si cochinadas como el porno. Gano más haciéndome la paja que elaborando diagnósticos médicos. Si lo hubiera sabido, no hubiera estudiado.”

“¿Y de qué tuviste que hacerte cargo vos?” me mira extrañado por la pregunta, como si no me hubiera entendido. “Claro, si un conductor de rappi necesita gestionarse la bicicleta, y en uber, el auto… ¿vos que tuviste que gestionar?”

Piensa unos segundos. “El dinero va entrando, y hay que invertirlo todo al comienzo. Cámara, outfit, luces, trípode”. “Hoy en día, con otros dos modelos alquilamos un monoambiente donde trabajar. En una esquina, yo tengo montado mi consultorio médico, y en la otra, mi amigo se armó su consultorio de psicólogo”. 

Le pregunto por otros modelos, aquellos que no están en el spotlight de las redes sociales. Según el doctor, aunque no se sea parte del 10% del grupo selecto, Onlyfans sigue siendo una opción para muchísimas personas en el contexto de austeridad que nos deja la pandemia. Si el sexting y el levante virtual ya eran parte de nuestras vidas, lo cierto es que, ante las restricciones, se volvieron una pieza fundamental de nuestro divertimento diario. Hoy en día, Onlyfans cuenta con 70 millones de usuarios registrados. En 2019, aseguraba tener 7 millones. Es decir, el público se multiplicó por diez durante el aislamiento. 

Le comento el dato al doctor, y él responde, efusivo: “Hay gente que está en contra de OnlyFans, sencillamente porque sacó de la calle a muchas personas. Especialmente mujeres y chicas trans. Y más en pandemia. ¿Para qué arriesgarse en la calle por mil dólares por mes, si en Onlyfans puede hacer diez mil dólares?”. Yo lo miro, sorprendido. No esperaba esta sensibilidad social de su parte. @juanchox007 termina su café y agrega: “¿Quién va contra onlyfans? ¿Las chicas trans, o el hijo de puta que las manejaba?”

Me entusiasmo con la acusación, y doy por terminada la entrevista. Después de escucharlo, el mundo del porno casero me sigue pareciendo tan aterrador como seductor. Un nuevo rostro del capitalismo digital del cuál todxs ya participamos con frenesí compulsivo, nos guste o no. Miro al doctor, le agradezco por su tiempo, y cuando apago el grabador, él se pasa ligeramente la mano por el short.