¿Siempre es buena una alegría para un pueblo triste?
El Mundial 78 no me importaba y a la vez me importaba muchísimo. Era un sentimiento contradictorio pero muy firme. Me ponía muy ansiosa la posibilidad de ganar, como si ganando pudiera pasar algo muy bueno, cambiar mi vida, producirse alguna clase de milagro. Pero también sabía, en ese lugar incómodo y certero en el ... Leer más